El racismo se ha mantenido presente desde la formación de América y del capitalismo como una especie de clasificación universal de la población del mundo que fue adoptada por la dominación colonial de Europa. En la cual, por lo general, los dominantes se caracterizaban por poseer un estatus cultural, económico y social; asimismo, estos generaron una empatía con la identificación social. A su vez, se cuestiona si las diferentes etapas que esta desarrolló tuvieron un enfoque basado en el mestizaje, doctrina de la pureza de la sangre.
Muchas veces se basa en la discriminación entre la edad, sexo y raza. También se puede dar en las relaciones sociales, es decir cuando un grupo de amigos o de trabajo piensa, siente y actúa de manera igual, y no deja que los demás piensen, sientan o actúen de manera diferente.
Además, identificamos suficientes indicios históricos que demuestran que la vinculación entre raza y color es extemporánea y falsa, ya que en sus acepciones de color no se encuentra ninguna relación cercana a raza.
Se presentó la idea de que se podría embellecer al mestizaje, según puntos de vista de validez para los negros, pero no tuvo acogida para la mayoría ya que era percibida como un acto malévolo.
Por otro lado, sabemos que el Perú es un país multirracial puesto que en ella habitan personas con características blancas, indias o negras. De ahí que denominemos o seamos denominados como mestizos.
Se ha presentado como un problema pendiente en resolver para la unión democrática de nuestro país ya que se manifiesta como un prejuicio benevolente, ya que no es factible detectarlo y no se reconoce a simple vista. Aún no existe alguna norma o apoyo que contrarreste el racismo en el horizonte nacional.
Tanto así que, verlo o vivirlo, es como el pan de cada día, ya que se encuentra latente en nuestra sociedad. A todo esto, se le suma el ingreso de un nuevo ideal físico o de vida que no rige, al menos, en nuestro país y todo esto es promovido por los medios masivos. Aunque, nuestro país sea muy diverso, respecto a razas, eso no quiere decir que exista alguna diferencia entre ellas y menos alguna marca de superioridad, ya que todas son iguales; por lo tanto, tienen y merecen los mismos derechos y oportunidades. Como efecto de esta muestra del fenómeno que se hace llamar “racismo”, existen personas en nuestro país que luchan por una igualdad; sin embargo, hay otras que ya se acostumbraron a convivir con ella o simplemente la obvian; porque, por así decirlo, así les tocó vivir.
Vale decir, que tomamos en cuenta el modelo de EE.UU puesto que con la rapidez y el protagonismo que tuvo en sus inicios el racismo, este desarrolló un papel fundamental a lo largo de la historia ya que en ella podíamos percibir distintos matices, culturas y una sociedad ejemplar. Sirvió de instrumento para hacer una comparación con las distintas sociedades a nivel mundial.
En nuestro país lamentablemente todavía no existe alguna norma que ayude a contrarrestar este “fenómeno” por así decirlo, y como es notable este se presencia con mayor intensidad en los establecimientos públicos como discotecas, centros comerciales, restaurantes, etc.
